miércoles, 10 de septiembre de 2008

Algo para pensar.

Se trataba de una marina bastante lujosa. La gente que yacía a sus alrededores me observaba de pies a cabeza y yo sin más que hacer, me sentí intimidado por aquellas miradas que parecían atravesar mi sencilla vestimenta.
Los nudos corredizos estaban por todas partes.
Yates, lanchas y botes de todos los tamaños y colores en aquel oscuro lugar habitaban. Aquello era algo que jamás había presenciado.
A medida que el trayecto se hacía más arduo e incierto en mi mente se retrataban caricaturas donde la gente depositaba pequeños billetes verdes en una maquina que transformaba el poder de la burguesía en juguetes bastante grandes y lujosos.
Era el cuadro perfecto que se titularía: “los juguetes de las más bellas personas en un comercial y vacío mundo”.
Estos sonreían y brincaban de la felicidad como si hubiesen conseguido la cura del cáncer ó en el mejor de los casos, como curar el sida.
Realmente esto se trata de una historia que simplemente improviso para dejar un mensaje que muchos, quizás entenderán, otros se reirán. Sin embargo me satisface saber que habrá una pequeña masa de gente que simplemente pensara y reflexionara; dirán que dentro de mi egolatría y mis ganas de ver el mundo más despiadado que nunca, tengo un poco de razón.
Es eso lo único que pretendo cuando he pasado casi un mes sin redactar una pequeña frase con sentido.
Es por lo que me atrevo a volver a improvisar. Es por esto que nuevamente me siento al frente de mi computador, pensando en qué demonios escribiré.
¿De dónde proviene todo esto?, sinceramente me gustaría saberlo, porque realmente, es esta una de esas veces donde me siento a escribir y expresar lo que siento sin saber a ciencia cierta, cuál fue mi musa.
Insisto.
El mundo se cae, la gente muere de hambre, en china luego de restringir a las parejas de solo tener dos hijos, ahora el gobierno comunista los manda a fornicar como conejos para aumentar la tasa de natalidad, porque no solo los gráficos hablan por sí solos, si no que la población decrece debido a que la población está muriendo y por ende la tasa de mortalidad cada vez es mayor.
¿Qué vaina tan absurda no?
Las grandes potencias parecen estar comiendo hongos alucinógenos cuando declaran guerra a otros países, no sé qué es lo que realmente sucede, pero de lo que si estoy seguro es de que esto es algo que nos condena a todos como humanos, como pecadores, como desdichados y títeres que simplemente tienen como opción formar una fila donde solamente conseguirán su porción de dolor al momento de su turno.
Hace 10 años atrás las cosas eran distintas, el comunismo no estaba a la vuelta de la esquina. Y los dirigentes de los países subdesarrollados no insultaban a los que conforman hoy en día la máxima potencia mundial.
Estoy preocupado, sin embargo, creo que la mejor opción será, encender un incienso, leer un poco de lo que siempre leo y pensar en que la justicia algún día llegara.
Puede que sea tarde, puede que no.
Solo alguien lo sabe.

G.

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