domingo, 17 de agosto de 2008

Circuitos solitarios.

Es esta la historia de un robot solitario.
Cuentan mis amigos que para el año 2024 el mundo revolucionaria sus ideas con respecto a los robots.
En fin, esta es la historia de un robot que solitariamente paseaba por los parques donde miles de mortales jugaron en un pasado.
Su nombre era algo extraño, tan extraño como su aspecto, pero perfecto para la época y para la evolución que ya había planeado quedarse.
Era la época donde los sueños se intercambiaban en bazares de alta tecnología en forma de micro chip, en el cual no importaba tener un nombre si no un código binario espacial que los diferenciaba de los hambrientos androides que buscaban aforadamente asesinar a cualquiera de su especie.
Hace 2 años atrás fue el día en que este realmente se sintió completamente sol.
Su gremio lo expulso por desear algo diferente y haber tomado la iniciativa de cruzar el hielo que nunca antes había querido cruzar.
Motivo, razón, causa de esto: “adelantar su funeral 10 minutos antes de lo ya programado”.
El solo quería ser desactivado unos minutos antes. Solo eso.
Era todo lo que había decodificado en su placa maestra. El sabia que la revolución robótica acabaría con todo, con las pocas ruinas que había dejado el hombre siglos atrás.
Los avances parecían llegar hasta él en forma de códigos, y cuanto mas intentaba retratarlos en maquinas no contorsiónales sufría de ataques que muchos de su especie bautizaron como: “el síndrome de ausencia de calor en momentos de frío”.
Aquel término era bastante humano a pesar de que todo ese vocablo lleno de costumbres había desaparecido hace cierto tiempo atrás. No era calor, ni mucho menos la ausencia de el, el frío tampoco lo fue, solo era una manera de ocultar el verdadero nombre de un cáncer de maquinas.
El sabía que todo acabaría.
Sus oxidados engranajes empezaban con su cuenta regresiva.
El poco poder que poseía en si mismo se desvanecía.
Estar solo aumentaba la intensidad del síndrome de ausencia de calor en momentos de frío.
Ya no podía emprender su viaje al halo interior de la vía láctea, donde habitaba el prisma de aquel robot femenino que lo aconsejaba luchar por el bien de su especie que parecía pisar los caminos de la extinción.
El quería ser desprogramado 10 minutos antes de lo pautado para salvar a todos aquellos que nunca creyeron en el mito del robot Z24.
El había sido un robot solitariamente afortunado, nunca nadie pudo comprenderlo.
El había llegado para salvar a las maquinas.
El fue elegido, sin embargo, nunca pudo cumplir su misión.
1, 2, 3,…Desactivado según su placa informativa.
El caos llegara y…
Sera así como el principio de quien sabe que tome forma.

G.

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