lunes, 14 de marzo de 2011

A prueba de balas.


Me dejé caer al piso
Para pensar
Y plagiar el sentido
De mi otro yo.

Aunque me arropé con la desidia
Me permití buscar debajo
De las mantas
De mi sol y de mi luna.

Como un duende que va en búsqueda de monedas,
Como alma perdida y sin frontera,
Descendiendo en un mar
De colores y efectos.

Entre el encanto y la fantasía
De tus caricias perdidas
Y baldías.

Me deje caer al piso
Para pensar
Y plagiar el sentido
De mí otro ser.

En largos años que pasaron perezosamente
Y que aún vivo en la carne
Que persiste debajo de mis huesos,
Resguardando las miradas
De aquellos reflejos estelares
Y estrellas anaranjadas.

Con tu daltónica saliva
Que siempre confundió a los ácidos con el humo.

Pero aquí permanezco,
Cantando al ritmo del mismo blues ochentero,
Que constantemente
Escuchabas en tus tardes de soledad.

Ya no me hieras,
Soy indefenso cuando me eternizo
En este indecente y frío piso,
Soy vulnerable a cualquier
Chasquido de dedos.

¿Soy yo?
¿Somos otros?
¿Fuiste tú?

Plagie todo un mundo
E Invertí los papeles,
Me dormí mientras estuviste cerca,
Y me enseñe la vía de escape
Para así poder huir.

Ya no me hieras,
Soy indefenso,
Y tus reflejos estelares,
El color naranja
Y el sudor del humo
Y las cenizas
Distorsionan la percepción
De mi sistema.

Matices humanizados
De una deformada
Apreciación de la sobriedad,
Que en efectos y colores
Se extienden de borde a borde,
Paseándose por cada partícula de polvo
Que habita en la alfombra
En la que sigo recostado.

Es hora de levantarse,
Pero no tengo reloj que sincronice
Todo el desparpajo
Que desde hace cuatro vidas atrás
He arrastrado con mi columna.

Me dejé caer al piso
Para no odiar,
Para darle fuerzas
A todo lo que escondo,
Para revivir
Y jamás soñar.

He plagiado el sentido de lo que permanecerá,
Lo que habrá de ser,
Y de lo que realmente no es
Cuando sigo pensando
Que la ansiedad ha de venir por mí.

Me dejé caer al piso
Porque es el único modo
En que puedo ser a prueba de balas.

G.

No hay comentarios: