domingo, 16 de noviembre de 2008

La primera llovizna de noviembre.

Por mucho tiempo desee que las mentiras nunca formaran parte de ti,
Jugando a la ruleta rusa con frases y verdades que nunca oímos por el ruido presente.
Con la llovizna cerca.
Con el penetrable olor a lluvia abrazando nuestro olfato,
Visualizando calles inundadas,
Observando la rara pigmentación del cielo,
Levitando nuestros pensamientos y deslizándonos en las gotas que recorren
Las ventanas de ese viejo edificio,
Escuchando la oscuridad que asecha nuestras almas.
Ingiriendo la rutinaria taza de té en la misma mesa de siempre.
Esperando la primera puesta de sol,
Aspirando ser oxigeno,
Queriendo secar las calles para correr y así desaparecer.
Dejando a un lado lo que al principio creímos hermoso cuando ansiábamos no mentirnos uno al otro,
Destruyendo el espejo que muchas veces manchamos en sueños
Cuando jugábamos a querernos incondicionalmente,
Con nuestra primera llovizna del mes de noviembre, presente.
Con esa culpa que no nunca pudimos cargar.
Deseando una vez más retroceder el tiempo y nunca haber archivado nuestras inmaduras emociones,
Asimilándolas al absurdo parecido de la estabilidad.
Brillando nuevamente entre las rojizas nubes de soledad,
Escarbando el cielo en busca de:
"Una hermosa ment&€$ que nos uniera una vez más".

G.

No hay comentarios: